Dicen que mi mirada habla antes que yo. Que es de esas que atraviesan, que hipnotizan, que no se olvidan. No sé si será cierto… pero sí sé que no paso desapercibida.
Soy muchas cosas, y no todas al mismo tiempo. Polifacética por naturaleza, encuentro inspiración tanto en el caos como en los silencios. Me gusta jugar con los extremos: puedo ser luz suave o tormenta intensa, según el momento… y la cámara que me mire.
Mi cabello rizado no sigue reglas, como yo. Se mueve con libertad, como mis ideas, mis gestos, mi forma de estar.
No me interesa encajar. Me interesa conectar. Me mueve el arte, la belleza imperfecta y las miradas que también dicen demasiado —esas que, como la mía, no se esconden.