Ante mí, se halla el explorador de la conciencia y, está dispuesto a viajar a través de nuestras almas, a atravesar esas inseguridades, a romper miedos, siempre y cuando no opongamos resistencia.
Visualizará el rumbo a seguir, pero no el camino correcto. Nuestro instinto es el único que puede tomarlo, nada ni nadie podrá hacerlo en nombre nuestro, y de ser así nuestras almas se resquebrajarán y doblegarán.
Solamente tenemos una vida y merece ser valientemente inconsciente, a ser cobarde y esperar a que sea demasiado tarde.